lunes, 9 de abril de 2012

*Dolor de garganta en la conciencia"


Sacrificar recuerdos para alcanzar sueños, dilemas de la prosperidad.


No he tenido mucho tiempo libre para mí, el poco que he tenido he decidido volverlo de todos y de nadie, no me arrepiento. Sin embargo, la angustia de ese descuido personal como el cobrador del tren, tarde o temprano se hace presente, y si, ya llegó.

Tengo varias y cada vez más establecidas ideas en mente, no dejo de pensar en lo que parecen ideas nuevas, y digo parecen por que analizándolas a fondo me doy cuenta que son recuerdos, pensamientos viejos como mi inmoralidad, dándome ese extraño sabor de boca, de no saber si me estoy “cirugeando” el inconciente, o solo lo estoy sacando a flote.

Cada que escribo me gusta aludir a mi escrito mismo, me gusta justificar (todo [TODO DIJE] o casi todo), creo que se debe a mi formación jurídica (eso es lo que creo), la realidad es que no me gusta que se malinterprete lo que digo, me gusta que impere mi raciocinio hasta en la interpretaciones ajenas, un pedo de ego, creo que mis ideas al ser mías deben ser entendidas en la forma que las percibo, no hace mucho tiempo me hicieron entender que eso es imposible (siempre lo supe, pero hace poco me vi en la necesidad de aceptarlo, no fue muy divertido).

….. creo que hoy vengo a disculparme, no estoy muy seguro, no siento culpa de nada, no siento dolor ni pesar, no siento, a claro, es eso, no siento nada por el momento, perdón.

No suelo escribir mucho de mi vida personal (amorosa o no) pero blah que más da:

“Seguiré sin hacerlo…. Te quiero.”

Jarquín