lunes, 26 de septiembre de 2011

ando malito de que no ando pacheco.



Arreglar la cadena de mi bici, terminar presupuestos, comer con un cliente, son cosas importantes que tengo que realizar esta semana.

Estoy exhausto, fascinado, celoso, ilusionado, dudoso, triste y eufórico, tanto que necesito escribirlo, no tengo palabras es una mezcla de sentimientos como hace mucho no tenía, a este punto del día no se si la tripa revuelta es mal estar de cruda de fin de semana o el sentimiento pidiendo ser escuchado en lo real de mi, y aunque, se escuche fatídico, no quiero que termine, a pesar de que corro el riesgo de no comer con cubiertos nunca más si no me calmo.

He visto a través de mí y a través de las personas, y advierto el mismo mundo injusto colmado de penas, carencias y misterios, así como repleto de amor y grandes satisfacciones, en ambos polos he presenciado los miedos más horripilantes, que solo han traído consigo la muerte, la muerte de miles de ilusiones, la muerte de aquellas que mueren de sed, de las que mueren asesinadas o algunas un poco más afortunadas, muertas por haber sido olvidadas.

Ya les decía yo que no vengo a platicar, no soy yo, soy yo. No hay remedio para este mal de 100 años, ni fin que no ha llegado.

Vale la pena no intentar y siempre lo valdrá intentarlo, he tenido noches repletas de ti, y tardes infinitas sin senTIdo.


“…….no quiero desaprovecharme, pero quiero dejar de vender mucho y empezar a vender mejor, como antes cuando todo lo mío era hecho a mano…..”


Poncho Jarquín